De él a ella, de ella a él.

Qué injusta la vida
que no me deja quererte,
que al acostarte desnuda
no enciende la luz.

Qué injusta la vida
que te habla en silencio
que te corta el aliento
y te obliga a morir.

Qué injustas tus manos
cuando no rozan mi cuerpo.
Qué injustos tus labios
cuando no son para mí.

Qué injusta la vida
que te ha puesto ahí
para mirarte
para ansiarte
para escuchar tu voz
para no tocarte.

Qué injusta la vida
cada día

lejos de ti.

2 comentarios:

  1. Acabo de llegar aquí por casualidadad, y he de decir que me encanta lo que escribes

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