OCéano

A veces pasa. Que abres los ojos y no ves nada. Que se te inundan de un agua salada. Y tu océano se convierte en mi casa. Entonces te miro. Cómo subes y bajas. Cómo bailas bajo la luna. Cómo rompes - tan efervescente - después de rozar la cima. Tan pura, tan blanca. Me acaricia tu frescura, me atrapa tu corriente y dejo que me lleves. Mar adentro. Sabiendo que probablemente nunca regrese, que mi piel se arrugará contigo.
A veces pasa. Que los brazos se me quedan cortos, la boca seca y el corazón muy pequeño. 

Pasa. Que no me cabes. Que mi cuerpo y mi vida se me quedan cortos para poder abarcarte.

tres letras más de la cuenta

No he venido para quedarme, ni si quiera para decirte cómo luces esta mañana. Sentí que me pensabas y vine corriendo y ahora que te veo se me olvidó el motivo. Y así me pasa cada noche; cuando me encierro y mis párpados no me dejan salir. Así me pasa cada noche, cuando creo que te toco y solo es un reflejo. 
Se me olvidó pensarte esta mañana y ahora me torturas por la noche, cuando no me puedo mover, cuando mi cuerpo, inmóvil, no se puede defender.
¿Qué más darán los años si nadie sabría medirlo en momentos? Hoy ando calado en la que dicen ser la peor parte y aunque tengo el alma empapada, peor fue el perderse en la nada. Yo, que tantas veces me perdí en tus ojos y huí por tu boca. Yo, que tantas veces me empapé de tu sudor. Y tú, que rápido hiciste tuya mi rutina. 
No concebía una manera de mirarte sin que no llorasen mis ojos, o una forma de tocarte sin que no erizase mi piel. No supe quererte de otro modo, no supe quererte sin locura.  Y a ti se te hacía tan fácil... Me di cuenta de que la vida era demasiado bonita como para que dejaras las cosas a medias y de tanto insistir, finalmente conseguí alargarlo. 

Tres letras. 

(Des)Amor.



Y es que (a veces) las cosas breves son más bonitas.

Septiembre llega tarde

Quiero una puesta de sol,
la luz que alumbre tu cara.
La Luna, entradas las dos.
Los dos tumbados.
La cama deshecha de amor, 
los planes al sol,
tu piel bronceada,
el vuelo de mi falda
y volamos los dos.

El ruido de las olas
rompiendo sin más
entra por mi puerta,
me hace recordar
tus labios cortados 
por la sal del mar,
los días de lluvia
que no volverán.



AdmirArte


¿Qué contarte? 
Si los martes son palabras vacías, 
lluvia que roza el cristal. 

¿Qué mirarte?  
Si haces meses que ando ciega, 
que tropiezo 
y tengo los pies llenos de heridas.

Cúrame con tu voz
y lléname un poquito.

Te dejo que me cantes.
Así. Bajito.
Que me toques 
y juegues con mi cuello.

Te dejo incluso que me bebas.
Sorbito a sorbito.
Pero date prisa, que me tengo que ir.

Hoy, martes,
es besarte a escondidas,
susurrarte en la espalda
y echar a correr.

Hoy, martes,
admirarte es un arte amante de tu piel.






De él a ella, de ella a él.

Qué injusta la vida
que no me deja quererte,
que al acostarte desnuda
no enciende la luz.

Qué injusta la vida
que te habla en silencio
que te corta el aliento
y te obliga a morir.

Qué injustas tus manos
cuando no rozan mi cuerpo.
Qué injustos tus labios
cuando no son para mí.

Qué injusta la vida
que te ha puesto ahí
para mirarte
para ansiarte
para escuchar tu voz
para no tocarte.

Qué injusta la vida
cada día

lejos de ti.
Dime qué queda en ti y en mí
que nos está robando el tiempo,
que se acerca desnudo y no le oímos llegar.

Dime qué queda de ese silencio
cada mañana
cuando sale el sol.
Si los pájaros cantan y sol no se esconde,
algo bueno tendrá que tener…

Dime qué quedará de nosotros
cuando llegue el invierno
y no sienta mis labios,
y hablar ya no sirva de nada.

Dime qué
en ti,
en mí,
en nosotros.
Hoy o mañana

pero no me hables de ayer.





***